Emblema republicano de la Guardia Civil |
Esa noche se concentraron en el cuartel de Pontejos de la Guardia de Asalto algunos policías compañeros de Castillo y también paisanos pertenecientes a las milicias socialistas, entre los que se encontraba el oficial de la guardia civil Fernando Condés, amigo de Castillo. Entre los militantes socialistas se encontraban muchos que pertenecían a La Motorizada, una especie de milicia de los socialistas madrileños y de la que Castillo era instructor. En medio de la indignación, muchos clamaban venganza por este y otros asesinatos cometidos por pistoleros derechistas, como había sido el caso del capitán Faraudo, también asesinado a principios de mayo. Un grupo de policías se quejaron de lo sucedido al ministro de la gobernación, Juan Moles, y le pidieron autorización para detener a algunos falangistas que todavía seguían en la clandestinidad. El ministro aceptó, siempre y cuando solo se detuviera a las personas que se tenía fichadas y que estas serían "entregadas a la autoridad competente". Desde Pontejos partieron varias camionetas policiales con listas de falangistas a los que detener. En una de estas camionetas se encontraban un grupo de guardias de Asalto, miembros de las milicias socialistas como Luis Cuenca o Santiago Garcés, y el propio Condés.
Cuartel de Pontejos |
Fueron a buscar a un falangista, pero al llegar al lugar se dieron cuenta de que la dirección era falsa. Al pasar por la calle Velázquez alguien recordó que el diputado Calvo Sotelo vivía allí, en el número 89. Eran alrededor de las 03:00 del 13 de julio. Cuando llegaron al portal, Condés encargó a varios guardias y paisanos que vigilasen los alrededores. Con el pretexto de efectuar un registro, este y algunos otros penetraron en casa del diputado monárquico Calvo Sotelo, a quien pidieron les acompañase a la sede de la Dirección General de Seguridad (DGS).
Edificio sede de la DGS |
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